¿Te imaginas un mundo donde todos reciban una educación inclusiva y de calidad?
Puede parecer una fantasía, pero es un escenario en el que trabaja el Objetivo 4 de Desarrollo Sostenible para el 2030, ya que la educación ayuda a la movilidad socioeconómica ascendente y es clave para salir de la pobreza.
Durante la última década, se alcanzaron grandes progresos a la hora de mejorar el acceso a la educación y las tasas de matriculación en las escuelas en todos los niveles, especialmente para las niñas.
Según datos de la UNESCO, hay más de 262 millones de niños, niñas y jóvenes sin escolarizar, y 6 de cada 10 no han adquirido las competencias básicas de lectura, escritura y aritmética, lo cual perpetúa la pobreza.
De hecho, en 1990 la Declaración Mundial de la Educación de la UNESCO abogó por la universalización de la educación y reconoció la necesidad de eliminar el desequilibrio educativo, en especial en grupos vulnerables a la discriminación y la exclusión.
A partir de ese instante, se ha manejado la visión de Educación para Todos (EFA Education for All) tanto desde la UNESCO como de otras agencias de cooperación internacional como la idea de un mundo en el que todos tengan acceso a una educación inclusiva y de calidad.
Cuando hablamos de la educación en este contexto, se refiere a la posibilidad que los alumnos reciban conocimientos, desarrollen habilidades, actitudes y hábitos que promuevan su bienestar mental y social.
Y al referirnos al sistema educativo de calidad, es aquel que pone el foco en aquellos alumnos o grupos que resulten marginados o que son vulnerables, de manera que puedan desarrollar su potencial.
En este artículo queremos contarte en qué consiste la educación inclusiva, qué objetivos tiene y cómo aplicarla.
A la hora de diseñar una lista de fundamentos que debe llevar un aprendizaje de calidad es importante tomar en cuenta los siguientes:
Para optimizar la calidad educativa y los resultados del aprendizaje, las personas que se encargan de su planificación deben analizar las pruebas empíricas sobre la situación actual, las tendencias a lo largo del tiempo y contar con la información sobre las fortalezas y debilidades de un sistema y sus causas.
Por lo tanto, los indicadores de calidad de la educación permiten hacer comparaciones a lo largo del tiempo, entre diferentes lugares o contrastar los resultados particulares con los criterios globales como el Objetivo de Desarrollo Sostenible 4.
De hecho, se han convertido en una herramienta necesaria para los encargados de la planificación porque permiten:
Es así como surgen los siguientes indicadores que miden la calidad del aprendizaje:
Las herramientas más habituales para recoger los datos incluyen encuestas, observación en el aula, informes de inspección y autoevaluaciones.
La información sobre los indicadores de insumo es muy sencilla de obtener, porque son aspectos contables por naturaleza.
Por ejemplo, la ratio libros de texto de estudiantes puede medirse de acuerdo con el número de libros de texto que se reparten o por el número de libros de texto que se utilizan en las escuelas.
Pueden obtenerse mediante exámenes nacionales, evaluaciones internacionales y observaciones sistemáticas en el mismo entorno.
Es necesario recalcar que los indicadores deben basarse en el contexto y en las metas específicas de aprendizaje de cada sistema educativo.
En términos generales, la educación inclusiva representa un modelo de educación que pretende atender las necesidades de todos los niños y niñas, jóvenes y adultos, tomando en cuenta aquellos casos en los que puede existir un riesgo de exclusión social.
En el caso de la UNESCO la define como “aquella educación en que los alumnos con necesidades especiales deben tener acceso a los colegios de educación regular, donde deben ser acomodados con estrategias pedagógicas centradas en el alumnado, de forma que se responda a sus necesidades”
En sí, no se trata solo de prestar atención a personas con discapacidad, sino a todo el alumnado, sin distinguir por la raza, la condición social, la cultura o la religión.
La educación inclusiva beneficia a todos los estudiantes porque permite desarrollar sus expectativas y trabajar en objetivos individuales mientras participan en clase con otros estudiantes.
Además, la inclusión promueve una cultura escolar de respeto y brinda oportunidades para aprender, aceptar las diferencias individuales, disminuir el impacto del acoso o la intimidación.
De ahí que permite el desarrollo de la amistad entre los niños, cada uno con sus propias necesidades y habilidades individuales.
Trabajar en la educación inclusiva lleva a la educación de calidad, algunas de las pautas que se pueden seguir para cumplir con sus objetivos son las siguientes:
En definitiva, la inclusión es clave en cualquier sistema educativo y sociedad porque permite formar a las generaciones futuras con valores como la equidad, el respeto y la diversidad.
Es cierto que existen brechas importantes entre el ideal de la educación para todos y la realidad que se vive en muchas partes del mundo, pero cada día es mayor el número de personas que consideran que la educación inclusiva y de calidad es el camino a seguir.
Para lograr los cambios necesarios hay que trabajar en las diversas características de los estudiantes, en las prácticas educativas y así construir un aula que acepte e incluya a todos.
Articulo realizado en el marco del proyecto: Socializarse, financiado por la Secretaría Autonómica de Presidencia de la Generalitat Navarrana.
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