¿Sabías que más del 95 % de la población mundial respira aire contaminado? De igual forma, cada año se tiran cinco millones de bolsas de plástico de un solo uso; esto según investigaciones realizadas por la Organización de Naciones Unidas (ONU).
Dos claros ejemplos de contaminación que mantienen en alerta a los organismos internacionales y a gobiernos, porque si la humanidad no empieza a cumplir con tareas más sostenibles no habrá futuro.
Pero, ¿qué es la sostenibilidad? Es una forma de vida sistemática e integral que busca satisfacer las necesidades colectivas e individuales de la sociedad actual, sin comprometer o afectar los recursos que darán vida a las generaciones del mañana.
La sostenibilidad busca la armonía perfecta entre el bienestar social, el respeto por el medio ambiente y el crecimiento económico, evitando siempre causar daños a la naturaleza con la ejecución de actividades productivas.
La ONU tiene, dentro de su agenda, 17 objetivos de desarrollo sostenible que buscan poner fin a la pobreza, cuidar al planeta y garantizar que en 2030 toda la población del mundo viva tranquila, en paz y con estabilidad económica.
Varias de estas metas corresponden al sector empresarial, pues en sus manos está promover el crecimiento económico sostenido, inclusivo y sostenible, garantizando un consumo comprometido con el respeto por el planeta.
Las empresas tienen la labor de ejercer actividades ecológicas que fortalezcan la producción, generen fuentes de empleos dignos, garanticen calidad de vida y preserven el medio ambiente.
Una organización sostenible es aquella que realiza acciones ecológicas comprometidas con el medio ambiente, mientras garantiza su rentabilidad y produce bienes y servicios que satisfagan las necesidades de sus clientes.
Esta forma de trabajo ecológica permite a las empresas gestionar mejor sus recursos y hacerlos más eficientes, en beneficio propio, de los espacios naturales y de la sociedad que habita en el planeta.
Para ser sostenible se debe cumplir con varias tareas, entre ellas ejecutar prácticas en las que el bienestar esté presente para los trabajadores, colaboradores, aliados y clientes.
Es fundamental que la empresa evalúe de forma continua cómo gestiona sus recursos financieros y el uso de los insumos provenientes del medio ambiente, dentro de los que destacan la energía eléctrica, el agua y el papel.
Debe buscar un destino adecuado y responsable de los residuos para reutilizarlos en las circunstancias que sean posible.
El trabajo desarrollado en una compañía sostenible es impulsar un modelo económico que consolide un equilibrio justo dentro de la sociedad, creando valores ambientales a largo plazo.
Este tipo de negocios tienen que generar ingresos de forma sostenida, mientras ejecutan políticas productivas ecológicas que minimicen los efectos negativos en el medio ambiente.
Una empresa sostenible puede ser rentable, existen formas de generar riquezas, mientras se es responsable con el medio ambiente y la sociedad.
Aunque parezca un desafío, los propietarios y directores de las empresas deben apostar todos sus recursos y energías en hacer cada día más sostenible su negocio, consolidando el crecimiento económico, el cuidado ambiental y la satisfacción de necesidades humanas y sociales.
Son múltiples los métodos y las actividades que puede desarrollar una compañía para convertirse en sostenible, obteniendo ganancias y ejerciendo acciones que cuiden la naturaleza mientras propician bienestar a la sociedad.
Ser sostenible es sinónimo de rentabilidad y es que, con el deterioro en nuestros ecosistemas, el consumismo en la actualidad se inclina por lo ecológico y prefiere adquirir bienes y servicios concebidos respetando el planeta.
Lo primero que debe realizar una empresa es evaluar de qué forma está haciendo uso de recursos y corregir los procesos que no contribuyen con la protección del ambiente.
La cantidad de consumidores responsables cada vez incrementa más y es por ello que deben convertir en sostenibles todas sus acciones para atraer más clientes y lograr así su crecimiento económico.
Otra alternativa es aprovechar la energía solar antes que emplear electricidad o gas y en vez de encender la calefacción, aislar las paredes y ventanas.
Indagar y conocer con qué ventajas cuenta el ámbito geográfico en el que se desempeñan las labores, ahorrar en transporte, comprar a vecinos y no a empresas extranjeras, son acciones sostenibles.
Definir una hoja de ruta clara en la que se ofrezcan alternativas ecologistas para que mucha gente se sume a esta labor y ayude a promover conciencia de la importancia que tiene el cuidado de los espacios naturales.
Ser coherente con lo que se dice y se hace, hará que la cartera de clientes responsables incremente.
Hay que dar prioridad a los que se encuentran más próximos a tu empresa y te ahorrarás grandes costes de traslado.
Las consecuencias negativas del cambio climático hacen necesario tomar medidas más saludables que garanticen el bienestar social y ambiental, por eso la gente ahora prefiere bienes y servicios más ecológicos.
En cualquier área del mundo empresarial en la que se incursione, siempre debe apostarse por el desarrollo sostenible, esto ayudará a posicionarse como un referente dentro del mercado competitivo.
No contamine, comprometa su negocio con la protección del medio ambiente, cubra las expectativas de los clientes ofreciendo calidad y el crecimiento económico estará garantizado.
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