La economía circular es generadora de beneficios económicos, sociales y ambientales de diversa consideración pero es aún más un motor de innovación que impulsará la competitividad de aquellas naciones que lo consideren como lago estratégico y no coyuntural. Un de los objetivos de los diferentes gobiernos es proteger a las empresas de la escasez de recursos y la volatilidad de los precios, y contribuir a crear nuevas oportunidades empresariales, así como nuevas maneras innovadoras y más eficientes de producir y consumir. Sin duda, la economía circular, creará puestos de trabajo a escala local adecuados a todos los niveles de capacidades, así como oportunidades para la integración y la cohesión social. Al mismo tiempo, ahorrará energía y contribuirá a evitar los daños irreversibles causados en lo relativo al clima y la biodiversidad, y a la contaminación del aire, el suelo y el agua, a causa de la utilización de los recursos a un ritmo que supera la capacidad de la Tierra para renovarlos. Un reciente informe también señala los beneficios de más amplio alcance de la economía circular, incluida la reducción de los actuales niveles de las emisiones de dióxido de carbono. Por consiguiente, la acción sobre la economía circular guarda una estrecha relación con el crecimiento y el empleo, el programa en materia de inversión de la administración, el clima y la energía, la agenda social y la innovación industrial, así como con los esfuerzos mundiales en materia de desarrollo sostenible. Los agentes económicos, como por ejemplo las empresas y los consumidores, son fundamentales para impulsar este proceso. Las autoridades nacionales, regionales y locales están llevando a cabo la transición y se ha de reconocer que la UE también tiene un papel fundamental que desempeñar en su apoyo. El objetivo es garantizar que se disponga del marco normativo adecuado para el desarrollo de la economía circular en el mercado único, y transmitir señales claras a los operadores económicos y a la sociedad en general sobre el camino que ha de seguirse respecto de los objetivos de residuos a largo plazo, así como un conjunto de acciones concretas, amplias y ambiciosas que se llevarán a cabo antes de 2030. La acción a escala de la UE impulsará las inversiones y establecerá la igualdad de condiciones de la competencia, eliminará los obstáculos derivados de la legislación europea o de su inadecuada aplicación, profundizará en el mercado único y velará por que se reúnan las condiciones favorables para la innovación y la participación de todas las partes interesadas. Al estimular la actividad sostenible en sectores clave y nuevas oportunidades de negocio, el plan contribuirá a liberar el potencial de crecimiento y empleo de la economía circular. El plan incluye compromisos globales sobre el diseño ecológico, la elaboración de planteamientos estratégicos sobre los plásticos y las sustancias y productos químicos, una iniciativa de primer orden para financiar proyectos innovadores en el marco del programa de investigación de la UE Horizonte 2020, y acciones específicas en ámbitos como los plásticos, los residuos alimentarios, las materias primas críticas, los residuos industriales y mineros, el consumo y la contratación pública. A todo ello seguirán otras propuestas legislativas clave sobre fertilizantes y reutilización del agua. Por último, se contemplan medidas horizontales de facilitación en ámbitos como la innovación y la inversión, a fin de estimular la transición hacia una economía circular. Las acciones propuestas apoyan la economía circular en cada etapa de la cadena de valor, desde la producción hasta el consumo, la reparación y la reelaboración, la gestión de los residuos y las materias primas secundarias que se reintroducen en la economía. Las acciones propuestas se llevarán a cabo ateniéndose a los principios de legislar mejor, y tras haberlas sometido a una adecuada consulta y evaluación de impacto. La U.E. en su comunicación Hacia una economía circular: un programa de cero residuos para Europa (2014), afirmaba que una economía circular mantiene el valor añadido de los productos el mayor tiempo posible y excluye los residuos. Funciona recirculando los recursos en la economía cuando un producto ha llegado al final de su vida, de modo que puedan continuar utilizándose con provecho una y otra vez con el fin de crear más valor, evitar el empleo de materias primas y de este modo marchar hacia una transición económica más circular. Este nuevo paradigma exige la introducción de cambios en todas las cadenas de valor, desde el diseño de los productos hasta los nuevos modelos de gestión y de mercado, innovadoras formas de presentar los productos en una empresa, desde los nuevos modos de conversión de los residuos en un activo hasta las nuevas formas de comportamiento de los consumidores. Todo eso implica un cambio sistémico completo, así como innovación no sólo en las tecnologías, sino también en la organización, en el mercado y comercio, la sociedad, los métodos de financiación y las políticas. Incluso en una economía fuertemente circularizada quedará siempre algún componente de linealidad, pues hacen falta recursos vírgenes y hay que eliminar residuos. La industria es consciente de la importancaia de reducir costes mediante la optimizaicón en el diseño, en las operaciones unitarias, en la logística, etc. Se estima que la mejora de la eficiencia en el aprovechamiento de los recursos a lo largo de las cadenas de valor podría reducir los consumos de materiales necesarios en un 17 % – 24 % para 2030 y que el mejor uso de tales recursos tiene un potencial de ahorro total de 630.000 millones de euros anuales para la industria europea. Estudios promovidos por las empresas basados en la modelización al nivel del producto demuestran que una estrategia de economías circular ofrece grandes oportunidades de ahorro de costes en materiales para la industrial de la UE y un potencial de crecimiento del PIB de la UE de hasta el 3,9 % como consecuencia de la creación de nuevos mercados, nuevos productos y más valor para las empresas. Por tanto, no es sorprendente que las empresas trabajen sin descanso para mejorar la gestión de los recursos, aunque se ven frenadas por distintas barreras del mercado. La Unión Europea debe conseguir una economía más circular, basada más en la reutilización y el reciclado de alta calidad y mucho menos en el uso de materias primas primarias. Plataforma Europea sobre la Eficiencia en el Uso de los Recursos, (grupo de alto nivel que reúne a determinados gobiernos, empresas y organizaciones de la sociedad civil). Con una economía circular los beneficios económicos y ambientales se entrelazan, ya que la reintroducción de los productos que se consideran residuos como subproductos, ahorrará la introducción de nuevas materias primas para elaborar dichos productos u otros. De esta manera se extiende en el tiempo la disponibilidad de dichas materias primas. Pero en muchas ocasiones supone también una reducción de gases de efecto invernadero y otros impactos ambientales muy importantes. Un beneficio económico conlleva un beneficio ambiental. Esto es un objetivo esencial de la economía circular, la vinculación y reintroducción de los flujos materiales y energéticos. Reaprovechemos el agua, y antes de ser vertida, contestemos a la siguiente pregunta: ¿con el agua de proceso puedo reutilizarla para otras operaciones del proceso productivo?, ¿puedo hacer un tratamiento y acondicionamiento y reutilizarla (baldeo, riego, refrigeración, etc…)?, .. Pero ya entrados en esta dinámica circular, la empresa puede plantearse qué materias primas puede sustituir para que el agua sea más fácilmente tratable y/o reutilizable. El método a seguir es un proceso iterativo, donde una pregunta tras su respuesta lleva a otra y así se establece un adinámica de respuesta activa, donde se analizar la viabilidad técncicoeconómica de las diferentes soluciones y alternativas que se han detectado y propuesto. Por ejemplo, en el caso de una empresa que vende a través de internet, puede organizar una campaña de marketing y comunicación de muy diversas maneras. Un envío masivo de folletos impresos o bien a través de internet o a través del teléfono móvil. La selección del modo y canal a utilizar conlleva un mayor o menor impacto al medio ambiente, la reflexión de la opción a seguir es una decisión, no solo económica sino que tiene su incidencia ambiental y social, dependiendo a quién se dirige la campaña, del canal, de los medios materiales empleados, … Lo mismo ocurre en el diseño y selección del sistema de envasado de los productos que una empresa ofrece. En este sentido, conviene comenzar a trabajar en cada empresa, sobre determinados aspectos de los sistemas de envase y embalaje que está utilizando. Por ejemplo, puede comenzar planteando las siguientes propuestas: Estas son alguna de las muchas iniciativas que una empresa puede trabajar en el tema de los envases y embalajes. Otra línea de trabajo es la selección de productos que se ofrecen y poder destacar aquellos productos que tienen unas cualidades más sostenibles, por su diseño, por sus materiales constitutivos o bien por su fácil mantenimiento o separabilidad. Esta última característica se está destacando desde la Unión Europea. La Comisión Europea constata que una adquirido un producto, su vida útil puede ampliarse a través de la reutilización y la reparación, evitando así el despilfarro. La reutilización y la reparación son sectores intensivos en mano de obra y, por tanto, contribuyen a las acciones de la UE en materia social y de empleo (una mejora en el diseño tiene una incidencia en lo económico, en lo ambiental y social, creando nuevos empleos y oportunidades de negocio). Actualmente, existen determinados productos que no pueden repararse debido a su diseño, o porque no se dispone de piezas de recambio o de información relativa a su reparación. En este sentido la Comisión está trabajando con el fin de que el diseño ecológico de productos contribuya en hacer que los productos sean más duraderos y más fáciles de reparar: en particular, se está trabajando en una nueva normativa relativa a la disponibilidad de las piezas de recambio y de la información sobre la reparación (p. ej., a través de manuales en línea), explorando además la posibilidad de establecer requisitos horizontales sobre el suministro de información en materia de reparación. Las prácticas de obsolescencia programada también pueden limitar la vida útil de los productos. La Comisión está ya actuando con el fin de detectar estas prácticas y decidir qué nueva normativa implementar para evitar estas malas prácticas. Además, las propuestas legislativas revisadas sobre los residuos contienen nuevas disposiciones para impulsar las actividades de preparación para la reutilización. Para que sea efectivo el objetivo de incrementar la separabilidad es necesario que las autoridades a nivel estatal, regional y local lleven a cabo campañas de sensibilización y diseñen nuevos incentivos económicos[1] así como colaborar con las empresas para intercambiar información entre empresas y también con los comercios para facilitar dicha información y que llegue de manera efectiva la consumidor. Es fundamental potenciar el intercambio de información y de las mejores prácticas, por eso comunicar es hacer presente lo que se hace. Como los sistemas de incentivos para los municipios o los de «pago por generación de residuos», en que los hogares (por ejemplo) pagan según el volumen de residuos no reciclables que generan. Este artículo se ha elaborado en el marco del proyecto de EEN-SEIMED financiado por la Red Enterprise Europe Network, de la Unión Europea.
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