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Mitos desmentidos sobre la producción y el consumo responsable

Cómo nos afecta el consumo responsable

¿Te has preguntado alguna vez qué es la producción y el consumo responsable? 

Seguramente también has escuchado ideas equivocadas al respecto. 

Antes de avanzar es clave que sepas que existen mitos que pueden hacerte pensar que la producción y el consumo responsable no son relevantes para ti. Sin embargo, la realidad es muy diferente. Porque las dos visiones se refieren a la forma en que usas los recursos naturales y los bienes o servicios que satisfacen tus necesidades.  

¿Te animas a conocer más sobre este tema tan interesante? Sigue leyendo y te lo contamos. 

¿Qué es la producción y el consumo responsable? 

Imagina un mundo en el que nosotros, como individuos y empresas, tomamos decisiones más inteligentes sobre lo que fabricamos y compramos.  

La opción no solo beneficia a nuestro planeta, sino que también mejora la calidad de vida de todos. Esto es lo que llamamos producción y consumo responsables. Estos conceptos están relacionados con el Objetivo de Desarrollo Sostenible 12 de las Naciones Unidas.  

En otras palabras, lo primero, abarca la construcción de infraestructuras que no perjudiquen al medioambiente, mayor accesibilidad a los servicios básicos, mantener las aguas limpias, sanear las contaminadas, reducir la huella de carbono, eliminar o disminuir la utilización de productos químicos y desechos, entre otros aspectos.  

Por ejemplo, un negocio que produce ropa puede utilizar materiales reciclados u orgánicos, controlar sus emisiones de carbono, garantizar que sus trabajadores reciban salarios justos y tengan buenas condiciones laborales. 

Mientras que el consumo responsable tiene que ver con nuestras elecciones como consumidores. Se trata de comprar productos que sean respetuosos con el medioambiente y con las personas que los producen.  

Por lo tanto, implica pensar antes  y elegir artículos de alta calidad que duren más tiempo, en lugar de adquirir cosas baratas o desechables que terminan en la basura rápidamente. 

En sí, la producción y el consumo responsable son importantes para lograr una mejor calidad de vida para todos, ya que los modelos actuales están agotando los recursos naturales.

¿Cómo nos afecta el consumo responsable? 

Como ya sabes, el consumo responsable es una forma de elegir los productos y servicios que compramos y usamos, teniendo en cuenta sus efectos sobre el medioambiente y la sociedad. Su práctica nos afecta de forma positiva y negativamente:  

  • Aporta beneficios al mejorar la salud. Permite optar por productos más naturales, ecológicos y saludables, que no contienen sustancias tóxicas ni aditivos artificiales. 
  • Ayuda a ahorrar recursos naturales. Promueve consumir menos y mejor, aprovechando al máximo lo que existe y reutilizando o reciclando lo que no necesitamos.
  • Sirve para apoyar a los pequeños productores locales y al comercio justo. Que ofrecen productos de calidad, respetando el medioambiente y los derechos humanos de los trabajadores.  

Sin embargo, el consumo responsable también puede tener algunos efectos negativos:  

  • Representa un mayor esfuerzo y tiempo para informarnos sobre las características y el origen de los productos que compramos, así como para comparar precios y calidades entre las distintas opciones disponibles.  
  • Implica un mayor gasto económico en algunos casos, ya que los productos ecológicos, orgánicos o de comercio justo suelen tener un precio más alto que los convencionales.  
  • Puede generar un sentimiento de culpa o frustración cuando no podemos acceder a los productos que deseamos o necesitamos por razones económicas, sociales o geográficas.  

Qué podemos hacer para tener un consumo responsable desde las empresas 

Las empresas desempeñan un papel clave en la promoción del consumo responsable, ya que son las que producen y ofrecen los bienes y servicios que satisfacen las necesidades de los consumidores.  

Por eso, son las primeras que deben adoptar prácticas que respeten el medioambiente, los derechos humanos y que generen valor social y económico.  

Algunas acciones que pueden poner en práctica son las siguientes: 

  • Implementar la responsabilidad social empresarial (RSE). La acción consiste en integrar de forma voluntaria los aspectos sociales y ambientales en sus operaciones y en su relación con sus grupos de interés.  

La RSE implica el cumplimiento de la legislación vigente, el respeto a los derechos humanos, laborales, ambientales, el diálogo con los stakeholders, la transparencia, la rendición de cuentas, la innovación social y la contribución al desarrollo sostenible.  

  • Aplicar la ecoeficiencia. Se trata de producir más con menos recursos, reduciendo el impacto ambiental y aumentando el valor añadido de los productos y servicios. 
  • Fomentar el consumo responsable entre sus clientes. Para ello deben ofrecer información veraz sobre las características, el origen y el impacto de sus productos y servicios. 

Otra manera efectiva es incentivar el consumo responsable mediante estrategias de marketing social, que buscan influir en las actitudes y comportamientos de los consumidores hacia causas sociales o ambientales.  

  • Participar en redes o iniciativas que promuevan el consumo responsable. Tal es el caso del Pacto Mundial de las Naciones Unidas, que es una plataforma voluntaria que reúne a empresas, organizaciones sociales y agencias de la ONU para impulsar los principios universales en materia de derechos humanos, trabajo, medioambiente y anticorrupción. 

También está el sello Fairtrade o Comercio Justo, que certifica que los productos cumplen con unos criterios sociales, ambientales y económicos que garantizan unas condiciones dignas para los productores y trabajadores.  

  • Ser transparentes. En especial acerca de cómo se fabrican los productos y de dónde provienen los ingredientes. Un etiquetado claro ayuda a los consumidores a tomar decisiones informadas. 
  • Contribuir a tu comunidad a través de iniciativas de responsabilidad social corporativa.  Este aspecto incluye las donaciones a organizaciones benéficas, programas de voluntariado para empleados y prácticas laborales justas en toda la cadena de producción. 
  • Innovar para encontrar formas más sostenibles de hacer negocios. Lo que implica la adopción de tecnologías verdes, la optimización de la eficiencia energética o la reducción de residuos. 

Mitos sobre la producción y el consumo responsable 

Existen algunos mitos o creencias erróneas sobre ambos conceptos que pueden dificultar su comprensión y aplicación. Veamos algunos de ellos: 

Mito 1: Es caro y está al alcance de unos pocos

Se basa en la idea de que las prácticas implican un mayor gasto económico o una renuncia al desarrollo. 

Sin embargo, la realidad es que la producción y el consumo responsable son beneficiosos para todos, ya que permiten ahorrar recursos, reducir costes, mejorar la calidad de vida, aumentar la competitividad y fomentar la equidad.  

Incluso representan una oportunidad para los países en desarrollo, porque pueden aprovechar sus ventajas comparativas, diversificar sus economías, acceder a nuevos mercados y cooperar con otros actores. 

Mito 2: La producción y el consumo responsable solo involucra a las empresas o los gobiernos

La verdad es que es un deber de todos los agentes sociales, incluyendo a los consumidores, los medios de comunicación, las organizaciones no gubernamentales, las instituciones educativas.  

Todos estos actores pueden influir en la demanda y la oferta de productos o servicios sostenibles, mediante la información, la sensibilización, la educación, la innovación, la participación y la cooperación. 

Mito 3: La producción y el consumo responsable son solo cuestión de reciclar o comprar productos ecológicos

La visión requiere un cambio profundo y sistémico en los patrones de producción y consumo, que abarque todo el ciclo de vida de los productos y servicios, desde su diseño hasta su disposición final. 

Esto implica considerar aspectos como la eficiencia energética, el uso de materiales renovables o reciclados, la prevención de la contaminación, el respeto a los derechos humanos y laborales o la distribución justa de los beneficios.  

Mito 4: Las empresas realmente no se preocupan por la sostenibilidad

Si bien es cierto que algunas empresas pueden no tener un enfoque genuino en la sostenibilidad, muchas están tomando medidas concretas para reducir su impacto.  

La presión de los consumidores y la creciente conciencia ambiental están motivando a los negocios a mejorar sus prácticas.  

Conclusión 

Esperamos que este artículo te haya ayudado a entender mejor qué es la producción y el consumo responsable, por qué son importantes y cómo puedes practicarlos en tu día a día. 

Recuerda que no son una utopía ni una moda, sino una necesidad y una oportunidad para construir un mundo más sostenible y solidario. 

Te invitamos a seguir informándote sobre este tema, a compartir tus opiniones y experiencias con nosotros.  

Este artículo se ha realizado en el marco de la Resolución de IVACE de concesión de una subvención al Consejo de Cámaras de la Comunitat Navarrana, para el fomento de la Sostenibilidad y Desarrollo Sostenible en el año 2023.

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