La UE se ha postulado como punta de lanza en el mundo para ser una potencia sostenible. En 2016 aprobó el Acuerdo de París y en 2019 el Consejo Europeo estableció los pasos para lograr que la UE sea climáticamente neutra en 2050 y se materializó en el Pacto Verde Europeo.
La UE no ha dejado de realizar propuestas de desarrollo normativo en este ámbito, como el caso, en marzo de 2022, de la acción europea conjunta por una energía más asequible, segura y sostenible (RePowerEU), cuyo objetivo es la reducción de la dependencia de los combustibles fósiles rusos y acelerar la transición energética. Para alcanzar los objetivos del Pacto Verde Europeo, la Comisión se comprometió a movilizar al menos un billón de euros en inversiones sostenibles en los próximos diez años.
Pero para alcanzar su objetivo, de impulsar la sostenibilidad, la UE debe determinar y establecer qué entiende por “sostenible”. Para ello, en 2020 estableció también el marco para facilitar las inversiones sostenibles, mediante el Reglamento de taxonomía de la UE (2020/852) que marcaba los criterios para determinar si una actividad económica se considera medioambientalmente sostenible y poder establecer el grado de sostenibilidad medioambiental de las inversiones. Estableció así el principio de “no causar un daño significativo” (DNSH por sus siglas en inglés) que obliga a las inversiones a autoevaluar y asegurar que no afectan negativamente a uno o varios de los seis objetivos medioambientales definidos en dicho reglamento. Esto ya aplica a los proyectos que quieran acceder a los fondos del PRTR (fondos Next Generation UE).
De manera paralela al establecimiento de criterios que las inversiones deben cumplir para poder ser definidas como sostenibles, va a ser muy importante que las empresas obtengan una garantía pero también un reconocimiento, un refuerzo positivo sobre las acciones que realizan y el cumplimiento de la taxonomía. Es decir, que obtengan una certificación como empresas sostenibles. La certificación cumple el papel de acompañar la evaluación de que una determinada actividad cumple con los criterios DNSH. Esto es muy importante (y necesario) por varios motivos. En primer lugar, para acceder a los fondos de la UE. Las empresas y proyectos presentados a las convocatorias deben probar que cumplen con la cláusula de no producir un daño significativo. En segundo lugar, y en cuanto a las certificaciones medioambientales obligatorias, a nivel las Comunidades Autónomas están ya incorporando la correspondiente normativa nacional-europea en relación con el cumplimiento de obligaciones como por ejemplo, el cálculo de la huella de carbono sobre la que Navarra ya creado su propia normativa y establece qué empresas estarán obligadas a calcular su huella de carbono. En tercer lugar, es una dinámica que poco a poco va estableciendo el mercado. Cada vez son más las empresas que solicitan a proveedores o partners que cumplan con criterios de sostenibilidad y cada vez más, los consumidores prefieren y eligen aquellos productos que muestran un compromiso con la reducción de su huella de carbono.
La Cámara de Comercio de Navarra es consciente de la importancia de la transición energética, de las necesidades pero también de las oportunidades que se abren para las empresas y por ello está trabajando en apoyar dicha transición.
Lo ha hecho con la asistencia e impulso de comunidades energéticas en los municipios de Navarra y otra área en la que está trabajando es la certificación. La apuesta de la cámara se ha constatado esta pasada semana con la celebración de una jornada centrada en la certificación y el jueves otorgamos, junto a Laboral Kutxa, los premios a la sostenibilidad, que no es sino otra manera de certificar o validar la labor que están haciendo algunas empresas en el ámbito de la sostenibilidad.
La Cámara ha lanzado una estrategia de certificación, ya que como entidad de derecho público y de acuerdo con nuestra ley, está legitimada como entidad con capacidad para certificar tanto de manera pública como privada.
Para ello, ha generado dos marcas “Garantía Cámara” y “Cámara Certifica”. La primera (garantiacamara.com) es una herramienta que permite certificar la sostenibilidad de acuerdo con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). En cuanto a la segunda, Cámara Certifica es un servicio de acreditación y auditoría ya establecido por 25 cámaras de comercio en todo el territorio nacional al que ahora se suma Cámara Navarra.
De la misma forma que las empresas tienen experiencia en certificar numerosos ámbitos de su actividad, (como la calidad o la gestión) los objetivos que marca la UE establecen que ahora sea la sostenibilidad de sus procesos y productos y para ello la Cámara establece herramientas que les ayuden a cumplir con los requisitos establecidos desde las instituciones europeas.
Javier Taberna Jiménez, presidente de la Cámara de Comercio, Industria y Servicios de Navarra
Artículo publicado en Diario de Navarra el 29 de junio de 2022.
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