Existen multitud de certificaciones sostenibles, son sellos que certifican la sostenibilidad, el origen, las características y ventajas de cada uno.

Las dos certificaciones más populares a nivel internacional son LEED y BREEAM. Las cuales, por suerte, ya se pueden encontrar en miles de edificios en el mundo. Aunque por supuesto existen muchas otras y se prevé la aparición de nuevas.

Como ya has leído antes, esta es una de las certificaciones más populares. Su nombre completo es Leadership in Energy and Environmental Design. Y aunque quizá no la conoces nació en el año 1992 en diferentes empresas privadas que quedaron aliadas.

Cada certificación tiene un sistema al que representa. Este se basa en estrategias que permiten obtener créditos e incluye también requisitos para contar con la certificación.

Por otro lado, este certificado es de carácter voluntario. El proyecto se registra online y así puedes gestionar toda la documentación.

También cuenta con una estructura, la actual incluye diferentes categorías como la parcela sostenible, la eficiencia en el uso de agua, los materiales y recursos, la innovación, la calidad del aire interior…

Por otro lado, la misma certificación cuenta con diferentes niveles: certificado plata, oro y platino.

Este certificado se lanzó en Inglaterra en 1990 por lo que es algo más viejo que el anterior. Su verdadero nombre es Building Research Establishment Environmental Assessment Methodology. Para contar con él es necesario contactar con un asesor de la compañía que realizará todas las evaluaciones necesarias.

Su implantación es de carácter voluntario y se ha movido ya a más de 63 países. Solo en España hay 603 edificios registrados.

Por supuesto, también cuenta con su estructura: salud y bienestar, gestión, energía, transporte, agua, residuos, suelo y más.

E incluye tres fases: diseño, construcción y mantenimiento. Además, la calificación final dependerá de los créditos.

Además, la calificación final dependerá de los créditos.

También, al igual que el certificado anterior, cuenta con diferentes versiones como BREEAM en uso, BREEAM vivienda, BREEAM ES y más.

Es española y su nombre completo es Valoración de Eficiencia de Referencia de Edificios. Se basa en una herramienta, llamada SBTools que certifica el proyecto mediante unos evaluadores homologados.

Esta herramienta cuenta con un nombre diferente en cada país. En España es VERDE y su institución es GBC España que comenzó a trabajar bajo el Ministerio de Fomento y de Vivienda. Esta institución, GBC, además está afiliada a la asociación internacional World Building Council y trabaja en el marco de la SBE.

Es un sistema que certifica el edificio después de haber aprobado la evaluación, la cual se divide en tres niveles:

Al igual que las anteriores, es de carácter voluntario y a diferencia, utiliza un edificio como referencia. GBC España es quien toma las decisiones y supervisa al evaluador.

A su vez cuenta con diferentes categorías como emplazamiento y parcela, energía y atmósfera y otras. A cada categoría se la valora del 0 al 5 en base a los requisitos establecidos. Va de cero a cinco hojas verdes.

En cuanto a las certificaciones de VERDE las hay de tres tipos:

El sistema DGNB fue lanzado en Alemania en 2007 en colaboración con algunos de sus ministerios como el de Desarrollo Urbano. La Institución que lo dirige es el Consejo de Construcción Sostenible en Alemania.

Su sistema de evaluación es algo diferente, pues contempla temas medioambientales, socio – culturales y económicos de los edificios. Como en el resto de los casos, el edificio lo evalúa un asesor que tendrá en cuenta el uso de la edificación, fundamentalmente.

Los campos que evalúa son: procesos, emplazamiento, aspectos socio-culturales, funcionales y otros.

La certificación es de tres niveles y para ello se tienen en cuenta 60 requisitos distintos que se evalúan a lo largo de toda la vida del edificio.

Estos son los diferentes certificados: gold, silver, bronze, white.

Esto depende del edificio. Dado que cada certificado cuenta con diferencias en base a lo que evalúa, lo más conveniente sería conocerlos, conocer el edificio y de ese modo elegir el que probablemente fuera el más sencillo de obtener.

No obstante, si bien por ejemplo, el certificado alemán atiende a características culturales, el resto de aspectos son prácticamente idénticos.