El futuro del campo es incierto y diversas políticas están puestas sobre él en España. Representantes del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente (MAPAMA) han manifestado que es importante acentuar la competitividad a fin de mejorar la sostenibilidad de la agricultura.

El secretario general de Agricultura y Alimentación, Carlos Cabanas, ha señalado la dirección de España hacia dos objetivos: la seguridad alimentaria y el desafío del cambio climático. Ambos pasan por un desarrollo sostenible a nivel económico, social y medioambiental.

Carlos Cabanas ha querido mostrar la trayectoria española en este aspecto, en el 8º Foro Mundial de la Alimentación y la Agricultura celebrado en Berlín junto a otros 65 países, la FAO y la UE.

Ha subrayado que como pilares de este avance se encuentran el papel de la mujer en el mundo rural, la incorporación de jóvenes y las mejoras en innovación y tecnología.

Estos dos objetivos primordiales sólo podrán lograrse con una ruta muy marcada. En la ruta están incrustados los requisitos previos sin los cuales el avance parece más difícil. Estos son entre otros, la mejora de recursos hídricos, el relevo generacional equilibrado, los mejores accesos en el entorno rural como por ejemplo la salud y otros.

El correcto aprovechamiento de los recursos hídricos es crucial para un desarrollo sostenible. En el medio rural y en concreto en la agricultura el agua es la principal fuente de riqueza, es el recurso por excelencia y como tal existe una gran demanda.

En consecuencia, debe haber un aprovechamiento responsable e inteligente de manera que la extracción de este recurso no solo no sea negativa, sino que además pueda resultar beneficiosa.

Este aspecto va de la mano con la innovación tecnológica.

Dado que el sector agroalimentario se encuentra en crisis, la innovación es la encargada de garantizar su viabilidad.

En este sentido la innovación puede venir en muchos ámbitos. En primer lugar y como ya se ha señalado, en la extracción y almacenamiento de recursos. En segundo lugar, en la relación campo – ciudad. El objetivo de romper esta brecha tan sesgada pasa por crear nuevos planes de acceso y conciliación.

El papel de la mujer en el medio rural, al igual que en el medio urbano, ha carecido de visibilidad. En cambio, han sido muchas las mujeres que con su trabajo diario han mantenido la economía rural.

El objetivo es mostrar la realidad de estas mujeres para que muchas otras deseen acercarse a oficios como pastora o agricultora que en la colectividad se asocian probablemente a oficios masculinos.

Los jóvenes que han crecido en el medio rural huyen a las ciudades para mejorar sus oportunidades de estudios o laborales. El objetivo para mantener a los jóvenes es doble. Por un lado, conciliar la vivienda en una zona rural con los estudios o la profesión que no esté estrictamente relacionada con la agricultura o la ganadería. Esto a través de mejoras en la comunicación, la accesibilidad u opciones de trabajo en remoto, entre otros.

Por otro lado, surge la necesidad de presentar las ventajas de una profesión rural, sus atractivos y sus beneficios.

Quienes viven en un medio rural, especialmente los adultos mayores y los más jóvenes a menudo se sienten alejados de las ventajas de la ciudad. Como el acceso a una mayor variedad de ocio, de gastronomía o de cultura.

A esto se le añaden demandas aún más necesarias como el acceso rápido a la sanidad o la cercanía a centros educativos, que algunas localidades más pequeñas no tienen cubiertas.

La única solución es mejorar los accesos a la ciudad o a localidades con mayores servicios.

En relación a los mejores accesos y al relevo generacional, Cabanas ha señalado la importancia de poner de relieve la relación e interdependencia entre el campo y la ciudad.

Algunas políticas prácticas en este aspecto pasan por hacer más corto el circuito de comercialización alimentaria, el apoyo a la innovación, la necesidad de aumentar la productividad y la competitividad y otras.