El proceso de descarbonización en la construcción

descarbonización en la construcción

Disminuir las emisiones de CO₂ es todo un desafío para el sector de la construcción.

De acuerdo con el informe de evaluación correspondiente al año 2022 del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático, el tiempo se agota para implementar medidas efectivas.

De hecho, la construcción es una de las actividades que genera más emisiones de CO₂, ya sea por los materiales que utiliza y por la propia infraestructura ya culminada.

Es por eso que para reducir la irradiación de CO₂ se necesita un enfoque de ciclo de vida completo, que ocupe desde la planificación del proyecto hasta su funcionamiento.

Nos encontramos en una situación de emergencia ecológica y para alcanzar el objetivo de convertirnos en un continente climáticamente neutro en 2050.

Para ello hay que aplicar medidas que van desde la reducción del consumo energético a partir de combustibles fósiles, fomentar el desarrollo y uso de las energías renovables, impulsar el transporte sostenible, la eficiencia energética en la industria y en la rehabilitación de edificios, entre muchas otras.

¿Quieres saber qué estrategias se pueden emplear para reducir las emisiones de CO₂ en la construcción? Te las contamos en el siguiente post.

Clasificación de las emisiones que genera el sector de la construcción

El sector de la construcción está en el ojo del huracán en Europa, ya que los edificios son responsables del 40 % del consumo de energía y del 36 % de la expulsión de CO2 derivadas de la energía, según datos avalados por la Comisión Europea.

De hecho, en cualquier infraestructura la huella de carbono se compone en dos tipos:

Carbono embebido. Según la iniciativa, Build 4 People representa un tercio de las emanaciones asociadas al sector de la construcción, lo que corresponde a un 10 y un 12 % del total de las emisiones, a nivel global.

Se origina por la fabricación de los materiales de edificación, su transporte y los trabajos que se ejecutan en la obra. Es por eso que para reducir la huella de carbono embebido es necesario acortar la cantidad de materiales y la distancia desde la fábrica hasta el sitio de construcción.

Durante los procesos de desmantelamiento, demolición o rehabilitación, el CO2 es denominado carbono embebido residual. Para bajar su porcentaje es prioritario utilizar en gran medida materiales reciclados (y reciclables).

Adicionalmente, hay que darle prioridad a la fabricación de nuevos materiales y la generación de residuos y usar piezas fáciles de desmontar.

Carbono operacional. Es aquel que emite la infraestructura a lo largo de su vida útil, tal es el caso de la energía que consume, el reemplazo y mantenimiento de los materiales, entre otros aspectos.

Las medidas para su disminución van unidas a la optimización de la energía y las tareas de mantenimiento.

En esta línea es necesario la instalación de fuentes de energías renovables, la escogencia de materiales resistentes y la participación activa en proyectos de compensación de carbono que ayudan a bajar las emisiones del carbono operacional.

En sí, el cálculo del carbono embebido y del carbono operacional ayudan a obtener el total de las emisiones de carbono de todo el ciclo de vida de las infraestructuras, de esta manera se pueden formular las estrategias para recortar la producción de CO₂.

Iniciativas para reducir la huella de carbón que genera la construcción

¿Qué cambios son efectivos para conseguir la descarbonización del sector?

Fabricar materiales de construcción de manera eficiente. Consiste en optimizar su fabricación y apostar por una economía circular que favorezca la reducción de las emisiones de carbono embebido.
Aprovechar las infraestructuras ya existentes. Con la rehabilitación de las infraestructuras consigues el máximo rendimiento de las inversiones de carbono producidas durante la construcción.
Usar madera sostenible. Se trata de un recurso natural, renovable, que fomenta la economía circular. Su transformación necesita menos energía que el acero o el hormigón y sus emisiones de CO₂ son cinco veces más bajas. Adicionalmente, absorbe y almacena CO₂ de la atmósfera a lo largo de toda su vida.
Utilizar cemento bajo en carbono. El cemento representa el 10-15 % del hormigón y su producción demanda bastante energía (por cada tonelada de cemento se produce media tonelada de CO₂).

Su fabricación se puede optimizar con el uso de concretos alternativos elaborados con piedra caliza y calcinados de arcilla que reducen hasta un 30 % las emisiones de carbono.

Reutilizar materiales. Si optas por reciclar los elementos que conforman las infraestructuras, disminuye la producción de CO₂. La idea es que el diseño sea modular y reversible para desmontarlos y montarlos con facilidad.
Emplear vehículos y máquinas bajas en emisiones. Preferir vehículos y máquinas que funcionan con electricidad y biocombustibles es una medida efectiva para reducir la contaminación atmosférica y acústica. En especial en aquellas zonas cercanas a las ciudades.
Implicar a todos los agentes de la cadena de valor. Que van desde los gobiernos y administraciones públicas, usuarios finales de los edificios, fabricantes de materiales, las constructoras, los proyectistas y los medios de comunicación. Es necesario establecer un lenguaje común para alcanzar los objetivos marcados.

Europa desde hace un par de años tenía en la mira la descarbonización y la pandemia fue un punto favorable para la aceleración del proceso.

Es por eso que a través de los fondos Next Generation se está apoyando la rehabilitación de los edificios y optimizar su eficiencia energética y reducir su huella de carbono.

Sin embargo, para descarbonizar la economía, no solo hay que trabajar en los edificios ya construidos, sino que hay que plantear un cambio total en el sector.

Como ya lo mencionamos, la construcción tiene un rol relevante en la emisión de CO2. El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático y un estudio de Global ABC aseguran que más del 30 % de las emanaciones mundiales de CO2 son impulsadas en esta área y se le suma el uso de los edificios.

Por lo tanto, podemos decir, que el sector de la construcción tiene un gran reto por delante para lograr los objetivos de descarbonización. El foco debe estar en no trabajar como hasta ahora.

Hay que apostar por metodologías innovadoras de construcción circular que den como resultado espacios saludables y eficientes, a la vez rentables.

Allí está la clave para seguir el camino de la descarbonización y la transición hacia un modelo amigable con el medio ambiente, para las personas y para la economía.