Un sistema de etiquetado ecológico es una medida positiva de política ambiental, y en favor del desarrollo sostenible. Es un sistema donde se prima aquél producto que, a partir de un análisis objetivo, presenta unas cualidades de menor impacto ambiental que la media de productos semejantes puestos en el mercado. El fundamento de los sistemas de etiquetado ecológico es que reconociendo que todos los productos que nos encontramos en el mercado tienen un determinado impacto sobre el medio ambiente, aquellos que están dentro del sistema de etiquetado ecológico, tienen unas cualidades de respeto ambiental mejores que las otras que se encuentran en el mercado. Por lo tanto, lo primero es conocer y definir bien qué impactos ambientales se generan por el hecho de fabricar, transportar y comercializar un producto, pero aún más, se ha de valorar también los impactos que se generan durante el uso y posterior gestión como residuo de dicho producto. En definitiva se ha de analizar lo que se conoce como ciclo de vida de un producto. Sólo con esta visión de ciclo de vida se podrá hacer un análisis y valoración ambiental adecuada de un producto. Los logos, símbolos, leyendas y marcas ecológicas están cada vez más presentes en envases, embalajes y productos. Estas grafías tienen el fin primero de informar o comunicar una serie de atributos ambientales en favor del respeto al entorno haciendo más agradable y segura la vida de aquellos que los consumen. De esta manera se extiende, con los símbolos verdes la corresponsabilidad del comprador de un servicio o producto, asociándose a los valores ambientales que el producto y toda la cadena de distribución se comprometen. En general, estos símbolos verdes deben ser como garantes de que si un consumidor decide la compra de dicho producto, esté seguro de que está favoreciendo la prevención de la contaminación asociada a dicho producto y, en definitiva, está contribuyendo al respeto por el medio ambiente y colaborando con el objetivo último que es conseguir un desarrollo sostenible. En este sentido, los sistemas de etiquetado ecológico tienen un componente de información al mercado. Esto conlleva que el sistema de etiquetado ecológico es una herramienta de marketing que en determinados mercados es muy potente. Entre los diferentes sistemas cabe destacar el logotipo o marca ecológica, aunque es verdad que en los últimos años y debido al marketing ecológico desmedido ha habido cierto abuso de prefijos tales como eco-, bio-, etc. Cierto es que el abuso indiscriminado de mensajes poco claros o de verdades a medias en determinados productos, puede llevar a la confusión de los consumidores. El ecoetiquetado es un distintivo que informa, estimula y educa a los consumidores a escoger productos y servicios con menores repercusiones sobre el medio ambiente. Estos logos, son asumidos de forma voluntaria por el productor y fabricante de productos que tienen un menor impacto ambiental. Para la concesión de esta etiqueta se tienen en cuenta los impactos en: el uso de los recursos naturales y energía; emisiones a la atmósfera, agua y suelo; deposición de los residuo; ruido y efectos sobre los ecosistemas. Hoy en día las etiquetas ecológicas que nos pueden encontrar en el mercado cubren una amplia gama de productos y servicios, con los grupos ampliándose continuamente. Estos grupos de productos incluyen los productos de limpieza, electrodomésticos, muebles, productos de papel, textiles y productos para el hogar y jardín, lubricantes, información ambiental de aparatos que usan energía, vehículos, productos agroalimentarios y servicios tales como alojamiento turístico, como ejemplo. Debido a que existe una gran cantidad de productos que pueden lucir etiquetas y símbolos ecológicos muy diversos, en ocasiones crea más confusión que información al consumidor. En este sentido se ha de diferenciar dentro de los sistemas de etiquetado ecológico las diferentes marcas, logos y lo que constituyen una declaración ambientales por parte de las empresas acerca de sus características ambientales, o son auténticos sistemas de etiquetado mediante le cumplimiento de un reglamento o norma concreta y una validación por una tercera parte independiente. Una labor donde el comercio puede ayudar al cliente (consumidor) para aclarar dicha maraña informativa. Las etiquetas ecológicas son un conjunto de instrumentos de regulación, gestión y verificación ambiental, que sirven como herramienta informativa verificable y exacta sobre los aspectos ambientales de productos y servicios. Tienen el objetivo de fomentar y satisfacer la demanda de aquellos consumidores que reclaman productos y servicios que causen un menor impacto en el medioambiente. La concepción inicial del etiquetado ecológico estaba dirigida a satisfacer tres funciones principales: La evaluación de los efectos sobre el medio ambiente de la producción, distribución, comercialización, utilización y eliminación de productos debe poner de manifiesto las diferencias entre dichos productos. Si los “ecológicos” o sea, los que tienen un menor impacto medioambiental, se pueden identificar, el hecho de atribuirles una etiqueta ofrece al consumidor un elemento de información, llamándole la atención e incentivando su adquisición. Del mismo modo al fabricante se le ofrece la ventaja frente a sus competidores, de diferenciarse y ofrecer nuevos productos de mayor valor añadido, al comercio se le abre la posibilidad de incorporar clientes con una mayor sensibilidad ambiental. De esta forma, las etiquetas ecológicas constituyen una herramienta de comunicación basados en la información de atributos y valores ambientales y de sostenibilidad que conlleva su obtención. Un producto ecológico también debe tener un estándar de calidad adecuado e importante. Una de las condiciones imprescindibles de los productos respetuosos con el medio ambiente es que, además de esa característica, respondan al objetivo para el que se ha diseñado. Si son lavadoras se trata de que no sólo ahorren energía y agua, sino de que también laven bien, si hablamos de frigoríficos, deben conservar los alimentos, si son bolsas de basura, no deben romperse al más mínimo roce… Calidad y medio ambiente deben ir de manera conjunta. La Unión Europea ha sido líder internacional en crear y promover el sistema de etiquetado ecológico. El sistema de etiqueta ecológica de la UE forma parte de la política de producción y consumo sostenibles de la Comunidad, cuyo objetivo es reducir el impacto negativo de la producción y el consumo sobre el medio ambiente, la salud, el clima y los recursos naturales. El sistema pretende promover productos que tengan un nivel elevado de comportamiento ambiental mediante la utilización de la etiqueta ecológica de la UE. Por ello los criterios que deben cumplir los productos para llevar la etiqueta ecológica de la UE se basan en el mejor comportamiento ambiental alcanzado por los productos en el mercado comunitario. Esos criterios deben ser fáciles de entender y utilizar y deben basarse en pruebas científicas tomando en consideración los últimos avances tecnológicos. Esos criterios deben orientarse al mercado y limitarse a los impactos más importantes de los productos sobre el medio ambiente durante la totalidad de su ciclo de vida. Desde la Comisión Europea se ha promovido acciones normativas y legislativas encaminadas a promover un cambio en el modelo de producción y consumo más sostenible. Para hacer frente a los desafíos actuales, se debe cambiar nuestro modo de producir y consumir. Se ha de crear más valor con menos materias primas, bajar los costes y reducir al mínimo las repercusiones en el medio ambiente. Tenemos que hacer más con menos. La utilización de métodos de producción más eficientes y mejores sistemas de gestión ambiental puede reducir considerablemente la contaminación y los residuos y ahorrar agua, energía y otros recursos. También es algo positivo para las empresas, ya que puede disminuir los costes de explotación y reducir la dependencia de las materias primas. El diseño ecológico (Ecodiseño) y la ecoinnovación pueden reducir el impacto ambiental de la fabricación de productos, además de contribuir a mejorar el comportamiento medioambiental general de los productos durante todo su ciclo de vida e impulsar la demanda de mejores tecnologías de producción. Las decisiones que toman los consumidores también pueden influir mucho e incentivar a fabricantes y comercio la introducción de nuevos productos más ecológicos. La alimentación, la construcción y el transporte son los sectores que tienen un considerable impacto en el medio ambiente y es ahí donde la UE propone una serie de medidas que generen un cambio en el modelo de producción y consumo. Con la mejora de la construcción y la utilización de edificios en la UE, por ejemplo, se podría reducir un 42% nuestro consumo energético final, hasta un 30% el consumo de agua y cerca del 35% de las emisiones de gases de efecto invernadero. Por ello el promover etiquetados ecológicos de estos productos será un motor de innovación y de cambio hacia la sostenibilidad. Para conseguir este fin el comercio es fundamental ya que es el nexo de unión de la producción y del consumo. El etiquetado ecológico puede ayudar a los consumidores a tomar decisiones con mayor conocimiento de causa. Por ejemplo, la etiqueta ecológica de la UE identifica los productos y servicios que tienen un escaso impacto ambiental durante todo su ciclo de vida. Científicos, ONG y partes interesadas colaboran en la definición de criterios fiables para tomar decisiones responsables desde el punto de vista medioambiental. Las administraciones públicas desempeñan un importante papel en la ecologización de la economía de la UE. El gasto de los organismos públicos representa casi el 20% del PIB de la UE, de modo que, con unas condiciones adecuadas, pueden hacer mucho para orientar el mercado hacia una mayor sostenibilidad. Un gasto más ecológico por parte de los organismos públicos puede contribuir a aumentar la demanda de productos y servicios más eficientes en el uso de los recursos. Por lo tanto, aunque ya están en marcha una serie de políticas para apoyar un consumo y una producción más sostenibles, todos podemos poner de nuestra parte. Fabricantes, comercio, consumidores y administraciones públicas han de colaborar en desarrollar nuevos productos más ecológicos y más sostenibles. Este artículo se ha elaborado en el marco del proyecto de EEN-SEIMED financiado por la Red Enterprise Europe Network, de la Unión Europea.¿POR QUÉ UN SISTEMA DE ETIQUETADO ECOLÓGICO?
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