El 10 de noviembre de 2022 el Parlamento Europeo ha aprobado la propuesta de Directiva sobre información corporativa en materia de sostenibilidad (CSRD, en sus siglas en inglés) que cambia el enfoque de la información en sostenibilidad del desempeño a la planificación, del pasado al futuro, para impulsar la transición hacia modelos empresariales y una economía más sostenibles. Porque la información con visión de futuro es necesaria para que las empresas puedan planificar su transición y los inversores tengan claro en qué están invirtiendo, además de combatir el «greenwashing». Porque el «greenwashing», si no se aborda, podría socavar la confianza del público y de los mercados en la sostenibilidad y en los esfuerzos de transición de las empresas. Por eso el texto aprobado introduce unos requisitos de divulgación claros y coherentes, y para asegurarse que las empresas ofrecen información fiable al mercado y que los inversores cuentan con datos comparables, estarán sujetas a auditorías independientes y procesos de certificación. Los nuevos requisitos de información sobre sostenibilidad de la UE se aplicarán a todas las grandes empresas, coticen o no en los mercados de valores. Las empresas no comunitarias con actividad sustancial en la UE (con un volumen de negocios superior a 150 millones de euros en la UE) también tendrán que cumplirlas. El plazo temporal de aplicación entrará en vigor por fases: Hay que tener en cuenta que esta Directiva, en combinación y alineada con la propuesta aún pendiente de aprobación en materia de debida diligencia, acabarán afectando a todas las empresas por el efecto tractor de la gran empresa y de las compras sostenibles a lo largo de la cadena de suministro. Por eso es importante su conocimiento y adaptación por parte de las pymes, teniendo además en cuenta que el texto también aborda su situación particular: por un lado, afecta y resulta de aplicación a las pyme que cotizan en bolsa, que están sujetas a los requisitos de información; por otro, la Directiva prevé disposiciones para evitar que las pyme de las cadenas de suministro se vean indebidamente sobrecargadas por las solicitudes de información «por goteo» de las empresas más grandes. Respecto del contenido y la forma en que se desglosará la información, el Grupo Consultivo Europeo en materia de Información Financiera (EFRAG) está trabajando – y acaba de publicar el primer conjunto- en los borradores de las NIIF que se presentarán a la Comisión Europea, dando cohesión a los requisitos de divulgación y aclarando el enfoque de la materialidad, incluyendo los elementos que deben informarse independientemente de ésta y buscando el equilibrio entre el suministro de información útil para los inversores y las partes interesadas, y el coste y la carga potenciales para las empresas informantes y su alineación con el resto de normas a nivel mundial, incluidas las que está elaborando actualmente el Consejo Internacional de Normas de Sostenibilidad, el ISSB. El objetivo final de la Directiva es equiparar con el tiempo la información sobre sostenibilidad con la información financiera, permitiendo al público acceder por fin a datos fiables y comparables y superar las lagunas en la normativa vigente sobre información no financiera, considerada insuficiente y poco fiable, y la forma en la que ésta se ha ido aplicando. Para ello, introduce obligaciones más detalladas sobre el impacto de las empresas en el medio ambiente, los derechos humanos y el ámbito social, basados en criterios comunes en línea con los objetivos de la Unión Europea sobre clima.
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