Reciclar no es algo que sea nuevo en nuestras vidas. Si algo nos han enseñado las últimas crisis, es que nuestro sistema de consumo está condenado a reinvertirse, ya que, al ritmo de consumo actual, la humanidad necesitaría un planeta y medio para seguir con su actual ritmo de consumo. Y eso, sabemos que es imposible. Y si esto es así a nivel de consumidor final, si nos ubicamos en el contexto de una Pyme, la necesidad es mayor. Es a través de nuestro sistema productivo como consumimos más productos, y ha de ser este, necesariamente parte de la solución al problema de la carestía de materias primas y la necesidad de no castigar mas al planeta con nuevas extracciones que agoten nuestras reservas de materiales. Para ello la Economía Circular es un gran instrumento que nos dotamos como sociedad para paliar esta situación. Cuando hablamos de Economía Circular nos referimos al flujo sostenible de recursos dentro de la economía, en el que minimizamos los residuos y se maximiza el valor añadido. Según la Comisión Europea, la economía circular se define como un modelo de producción y consumo en el que el valor de los productos, materiales y recursos es mantenido en el sistema el mayor tiempo posible y el desperdicio y la contaminación se minimizan. Este modelo de economía tiene como objetivo sustituir el modelo lineal de «producción-consumo-basura» actual, en el que los recursos se extraen de la naturaleza, se utilizan para fabricar productos que se consumen y, finalmente, se convierten en residuos que contaminan el medio ambiente. El modelo de economía circular, como su nombre indica, pretende cerrar el ciclo de los productos y materiales, de modo que se puedan reutilizar y reciclar una y otra vez. Son conocidas las 3 R en las que se sustenta este modelo económico, a saber, Reducir, Reutilizar y Reciclar. Cuando hablamos de Reducir nos referimos al hecho de disminuir la cantidad de los productos que consumimos. ¿Cuántos productos compramos que acaban en un cajón, perfectamente embalados y sin ser utilizados nunca? Con Reutilizar queremos hablar de usar de nuevo algo que ha sido utilizado con anterioridad. Aquí es importante también el concepto resiliencia, volver a dar vida a un producto, más allá del uso para el cual fue diseñado. Así pues, hay que extender su vida útil hasta su nivel máximo. Si no lo necesitas puede ser útil para otra persona. En este ámbito el mercado de segunda mano tiene mucho que decir. Finalmente, con Reciclar queremos referirnos al hecho de fabricar determinados productos a partir de materiales obtenidos de otros artículos usados antes y que aún se consideran aprovechables. Es decir, considerar productos elaborados como nuevas materias primas para fabricar otros productos consumibles. La economía circular tiene el potencial de impactar positivamente en la competitividad de las PYME, ya que les permite maximizar el uso de los recursos y reducir el costo de producción. Asimismo, la economía circular fomenta la colaboración y el intercambio de recursos entre las empresas, lo que permite un mejor aprovechamiento de los mismos. Las PYME pueden beneficiarse de la economía circular a través de diversas estrategias, como la optimización del uso de los recursos, la mejora de la eficiencia energética, la reducción de residuos y la adopción de prácticas de producción más sostenibles. En particular, la optimización del uso de los recursos es una estrategia clave para las PYME, ya que les permite ahorrar costos y mejorar la competitividad. Para aprovechar esta oportunidad, es importante que las PYME se involucren activamente en el desarrollo de estrategias sostenibles de uso de los recursos, así como mejorar los procesos de producción para que sean más eficientes y generar menos residuos. Existen varias formas de integrar la economía circular en la empresa, en nuestra Pyme. La primera forma es a través de la reducción de desperdicios. En muchas empresas, los desperdicios son tratados como residuos que deben ser desechados. En lugar de esto, la economía circular enfatiza la reutilización y el reciclaje de estos materiales. Otra forma de integrar la economía circular en la empresa es a través de la sustitución de productos o materias primas. En lugar de usar productos o materias primas que sean difíciles o costosas de obtener, la economía circular enfatiza el uso de productos o materias primas que sean más fáciles y menos costosas de obtener. Finalmente, la economía circular también se puede integrar en la empresa a través de la innovación. La innovación es esencial para la economía circular debido a que permite a las empresas buscar formas mejores y más eficientes de hacer las cosas. La innovación también es importante para la economía circular debido a que permite a las empresas crear nuevos productos y servicios que puedan reemplazar a los productos y servicios obsoletos. El tamaño reducido de una Pyme se presenta como una gran ventaja competitiva, ya que les brinda flexibilidad para superar los obstáculos del sistema de producción. Esto se debe a que tienen una relación más cercana con los clientes, pueden cambiar de nicho de mercado con mayor facilidad, los puestos de trabajo son menos estrictos y los trabajadores están más abiertos al cambio, además de que el conocimiento específico de la empresa es mayor. El pequeño empresario también es capaz de tomar decisiones estratégicas de una manera más rápida, ya que los procesos de gestión son más simples, lo que les permite adoptar rápidamente nuevas tecnologías y personal necesario para afrontar los desafíos del mercado. En síntesis, las pequeñas empresas ofrecen una mayor agilidad para adaptarse a los cambios del entorno comercial, una mayor flexibilidad para responder a la evolución de la demanda de sus productos y servicios, y una mayor cercanía con sus clientes. Estas características les proporcionan una ventaja competitiva que es difícil de igualar por parte de otras empresas más grandes. Para finalizar solo indicaré tres titulares de prensa a modo de resumen del punto de vista de los consumidores sobre las empresas que apuestan por este tipo de sostenibilidad; “Los consumidores dispuestos a pagar más por productos de marcas sostenibles y transparentes”, “ Seis de cada diez consumidores apuestan por el consumo responsable” y finalmente “Un 83% de los españoles creen que las empresas deberían apostar por la sostenibilidad” Este artículo se ha elaborado en el marco del proyecto de EEN-SEIMED financiado por la Red Enterprise Europe Network, de la Unión Europea.
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