El turismo ha evolucionado con la visión de generar un impacto mínimo sobre el medioambiente.
De allí nace el turismo sostenible o también llamado turismo ecológico que hace referencia a los principios de sostenibilidad. En decir, que evalúa sus efectos en un futuro.
Como cualquier otra actividad económica, el turismo tiene impacto en el medio ambiente y la sociedad.
Y no es para menos. El sector de los viajes representa el 10,4 % del Producto Interno Bruto del mundo y a su vez es el responsable de cada 10 empleos del planeta.
Tal es su relevancia que la Organización Mundial del Turismo (UNWTO) asegura que es el sustento de millones de familias, sin embargo, con todo este crecimiento, la pregunta que debemos hacernos es ¿cuál ha sido su impacto a nivel ambiental, social y cultural?
Viajar, conocer lugares y admirar los paisajes maravillosos son actividades que la mayoría de personas disfrutan.
Pues bien, el turismo ha propiciado de forma directa e indirecta grandes efectos negativos sobre la naturaleza.
Por ello, queremos puntualizar cuáles son las principales consecuencias ambientales:
Por ejemplo, al recoger plantas, flores o setas, las especies pueden sufrir cambios o pérdidas en sus composiciones.
Otra de las consecuencias del turismo en el medio ambiente tiene que ver con la tala de la madera. Una actividad destinada en ocasiones a la construcción de establecimientos turísticos y que implica la eliminación total del hábitat de ciertos animales.
En otras palabras, la vegetación también puede resultar dañada con la explotación de especies que son exhibidas en parques o jardines turísticos.
Incluso, ciertos tipos de flores han sido trasladados y trasplantados a otras zonas diferentes a su hábitat para exponerlas en lugares con fines turísticos.
Lo anterior representa 4,5 gigatoneladas (Gt) de dióxido de carbono (CO₂) a la atmósfera. Los expertos aseguran que si la tendencia se mantiene, la huella de carbono aumentará hasta un 40 % antes de 2025, cuando alcance los 6.500 millones de toneladas métricas de CO₂
En el caso de las áreas sin proteger, el turismo promueve la extracción, el desgaste y la rotura o alteración de minerales, rocas y fósiles puede destruir rasgos únicos de un paisaje.
A veces esta consecuencia no es responsabilidad total de los turistas, pero sí la construcción de infraestructuras hoteleras y turísticas fomentan las alteraciones irreversibles en la tierra por el movimiento de los suelos.
También está el tema de las botellas, bolsas y basura, que son parte de los agentes contaminantes que las personas dejan en sus visitas a los ríos, playas, lagos y ríos.
Además, a lo largo del tiempo ocasionan excesivo crecimiento de algas y en consecuencia la disminución de oxígeno y la alteración de otras especies de flora y fauna.
Como ya lo hemos dicho, las actividades turísticas pueden influir en las sociedades y según la gestión que se haga puede ser positiva o negativa:
Sin embargo, esta consecuencia tiene un coste que se aprecia en el turismo estacional, donde los empleos pueden ser inestables.
Incluso, están determinados solo a las necesidades generadas por el turismo y no por criterios locales que favorecen a la población autóctona.
En efecto, el turismo impacta sobre la sociedad anfitriona, donde en ocasiones los turistas se imponen a la cultura local.
Es por eso, que hay que tener en cuenta que el desarrollo del turismo debe estar enfocado a fortalecer la identificación, rescate y promoción del patrimonio material e inmaterial con participación y beneficio de las poblaciones locales.
De allí que el turismo sostenible se basa en el respeto de las sociedades originarias.
Por lo tanto, siempre que se considere la alternativa de impulsar el desarrollo turístico de una localidad, es importante analizar, el beneficio económico que esta actividad lleve a la comunidad local.
Es una regla de oro. El turismo no debe darle la espalda a la comunidad, sino involucrarla en la toma de decisiones que dan una dirección al turismo en las localidades o lo que es igual, practicar lo que hoy se conoce como el principio de inclusión.
Hay 3 claves que fijó la Organización Mundial del Turismo (OMT) para lograr un verdadero turismo sustentable:
Por todo lo anterior, es urgente la adopción definitiva del turismo sostenible, ecológico o ecoturismo como alternativa respetuosa que produce múltiples beneficios a diferentes niveles.
Y es que con el paso de los años la sostenibilidad en los destinos turísticos se ha convertido en una necesidad y las medidas globales garantes de planificación y protección han evolucionado en esa dirección.
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